¿Cómo afecta el cabildeoen nuestra política agrícola y alimentaria?

Índice

A menudo se considera que los grupos de presión (cabildos) son tarea exclusiva de las grandes compañías y empresas, pero también tienen el potencial de influir directamente en nuestra salud, en lo que hay en nuestros platos y en lo que vemos en los pasillos de nuestros supermercados. He aquí cómo los grupos de presión influyen en la política agrícola y en los entornos alimentarios regionales y nacionales, para bien o para mal.

¿Cómo funcionan los grupos de presión?


En esencia, el cabildeo consiste en que un individuo o un colectivo comparte sus opiniones sobre un tema con funcionarios del gobierno, con el objetivo de influir en la política. El lobby convencional implica que las empresas contratan a empresas profesionales de lobby para ejecutar campañas de presión. Pero a medida que las prácticas de presión han evolucionado gracias a la tecnología y a la diversificación de los canales de presión, el alcance de lo que significa “presionar” se ha ampliado. Ahora es habitual que organizaciones sin ánimo de lucro, grupos industriales y empresas lancen directamente campañas de presión.

Los medios de presión son muy variados, desde los enfoques más tradicionales, como el contacto directo con los políticos, hasta la financiación de trabajos académicos que apoyan una postura política o la configuración de la percepción pública mediante campañas en las redes sociales. Los grupos de presión modernos suelen adoptar una combinación de estos enfoques. He aquí algunos de los enfoques más comunes utilizados para ejercer presión:

Investigación financiada por la industria

La investigación financiada por la industria ha sido históricamente una de las principales formas que tienen las empresas con intereses creados de influir indirectamente en la política y la percepción pública. Muchos informes muestran que los trabajos financiados por la industria tienen un alto riesgo de sesgo, desde la fase de establecimiento de la agenda hasta el “diseño y publicación de la investigación”. Los estudios sobre la investigación de la industria alimentaria también han revelado que los informes financiados a menudo se asocian con la presentación selectiva de resultados que favorecen al financiador (1). Un ejemplo paradigmático de esto se vio en 2016, cuando un artículo de una revista reveló que la industria azucarera estadounidense financió una investigación que restaba importancia a la relación entre el azúcar y las enfermedades coronarias en las décadas de 1960 y 1970 (2,3). La revisión bibliográfica financiada examinó múltiples causas de enfermedades coronarias y concluyó que la mejor manera de abordar la enfermedad es reducir la grasa en las dietas estadounidenses.

Campañas en las redes sociales

La tecnología digital ha dotado a los grupos de presión del sector alimentario de otra poderosa herramienta para influir en la opinión pública. Las campañas en las redes sociales se han convertido en un medio clave para que las empresas moldeen, informen y, a veces, desinformen la percepción pública a favor de su mensaje (4). Un estudio publicado por la Universidad de Londres expuso cómo la industria australiana de alimentos ultraprocesados ha utilizado las redes sociales para influir en la política y descubrió que algunas de las principales tácticas incluyen: cooptar las narrativas de salud pública, apoyar la autorregulación, participar en los procesos políticos y afectar a la percepción pública (5). En un ejemplo, el Consejo de Bebidas de Australia respondió a un comentario en Twitter, afirmando

“[@anonymised]: Los impuestos discriminatorios como el impuesto sobre los refrescos no han tenido un impacto perceptible en la salud pública en NINGÚN lugar del mundo”.

¿Por qué presionan las empresas de alimentación y bebidas?

En 2020, las empresas de alimentación y bebidas gastaron un total de 38,2 millones de dólares en grupos de presión, y lo harán sobre cualquier tema que afecte a su negocio. La profesora Marion Nestle, antigua catedrática de Nutrición, Estudios Alimentarios y Salud Pública de la Universidad de Nueva York, afirma: “No se me ocurre un solo ámbito de la política alimentaria o nutricional que no esté sujeto a las actividades de los grupos de presión [de las mayores empresas de alimentación y bebidas]” (6) Algunas de las principales empresas de alimentación y bebidas que participan en grupos de presión, como Coca-Cola, Nestlé y General Mills, incluso publican declaraciones actualizadas en su sitio web en las que describen sus actividades de promoción.

Cómo se inicia una campaña de lobby

El proceso de cabildeo tendrá un aspecto diferente dependiendo de los iniciadores, los canales utilizados y el país en el que se produzca el cabildeo. A pesar de ello, en general se está de acuerdo en que el periodo más eficaz para ejercer presión es durante la fase inicial de establecimiento de la agenda. He aquí un breve resumen de cómo puede iniciar una campaña de lobby un grupo de presión en la UE:

  1. Se identifica la cuestión objeto de presión
  2. El grupo de presión consulta a las organizaciones miembros sobre la cuestión y elabora una posición que represente mejor la opinión mayoritaria
  3. Recopila datos y elabora informes para respaldar su postura y comparte los documentos con las organizaciones miembro.
  4. Los miembros presentarán el documento a los ministros de los gobiernos locales. Cada Estado miembro de la UE tiene ministros responsables de diferentes áreas políticas, como Agricultura y Pesca, Medio Ambiente y Educación; colectivamente, forman el “Consejo de la UE” (7).
  5. Los grupos de presión también pueden enviar una carta conjunta a la Comisión Europea en nombre de todos sus miembros.
  6. Las acciones posteriores a la presión inicial dependen de si se han adoptado las recomendaciones del grupo de presión.

¿Cómo influyen los grupos de presión en la política alimentaria y agrícola moderna?


Los grupos de presión siguen configurando la política alimentaria y agrícola moderna de manera contundente. Los grupos de presión pueden actuar incluso a nivel estatal, como demuestran las acciones de Brasil y Argentina antes de la COP26 del año pasado en Glasgow. Documentos filtrados revelaron que estos países, dos de los mayores productores de carne de vacuno y piensos del mundo, presionaron para que la ONU restara importancia a la relación entre el consumo de carne y las emisiones globales. Según la BBC, ambos países solicitaron a los autores de un informe de la ONU que modificaran partes del mismo que relacionaban las dietas basadas en plantas con la reducción de las emisiones globales (9).

Más recientemente, los grupos de presión agroalimentarios de la UE han presionado contra la estrategia de la UE “De la granja al tenedor”. Entre los objetivos de la estrategia “De la granja al tenedor”, cuyo objetivo general es conseguir que los alimentos en Europa sean más sanos y sostenibles, se encuentran reducir a la mitad el uso de pesticidas y antibióticos en la ganadería y reducir el uso de fertilizantes en un 20%. Grupos de presión agroalimentarios como el Copa Cogeca y CropLife Europe han presionado activamente para debilitar la estrategia; algunos también han aprovechado la amenaza de inseguridad alimentaria causada por la guerra de Ucrania para hacerla retroceder aún más (14).

Presionar por las razones correctas


Aunque a menudo se asocia a los grupos de presión con empresas que buscan influir en la política o la opinión por interés propio, en las manos adecuadas, los grupos de presión también pueden servir como un poderoso medio para mejorar nuestros sistemas alimentarios. Eurogroup for Animals es un grupo de defensa sin ánimo de lucro que ha trabajado con sus miembros para mejorar el bienestar animal desde su creación en 1980. Eurogroup ha lanzado con éxito numerosas campañas de presión tanto de forma independiente como a través de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE).

La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) fue lanzada por la Unión Europea (“la UE”) para que los ciudadanos puedan participar directamente en el proceso de elaboración de políticas. Si una propuesta liderada por los ciudadanos alcanza un millón de firmas, la Comisión Europea actuará al respecto. Los representantes de los ciudadanos podrán reunirse con un representante de la Comisión Europea para debatir la cuestión, y tendrán la oportunidad de presentarla al Parlamento de la UE en una audiencia pública (8).

El poder de este proceso se utilizó en 2018, cuando “End the Cage Age” es una ICE lanzada en septiembre de 2018 por Compassion in World Farming, uno de los miembros de Eurogroup. La campaña buscaba poner fin a la cría de animales en jaulas en Europa. La campaña se cerró un año después tras conseguir con éxito 1,7 millones de firmas. End the Cage Age” fue la primera ICE que tuvo éxito en la cuestión del bienestar de los animales de granja.

En junio de 2021, la Comisión Europea se comprometió a revisar la legislación actual y a presentar una propuesta antes de finales de 2023 para eliminar progresivamente y prohibir el uso de jaulas para gallinas, cerdas, terneras, conejos y otros animales de granja antes de 2027 (15).

Otro ejemplo de éxito de una ICE es la reciente “Salvemos a las abejas y a los agricultores”, iniciada por una red de más de 140 ONG ecologistas y organizaciones de agricultores y apicultores. Colectivamente, los miembros exigen una UE respetuosa con el medio ambiente, libre de pesticidas sintéticos y que respete la biodiversidad y a los agricultores. La ICE finalizó tras recibir 1,2 millones de firmas y se ha presentado a la Comisión Europea.

¿Está regulado el cabildeo?

El lobby es una actividad democrática y legal que puede ayudar a los políticos a conocer mejor las cuestiones clave que afectan a los ciudadanos y las organizaciones. Sin embargo, esta práctica también puede dar lugar a ventajas injustas para los partidos con más recursos para invertir en actividades de lobby. Camilla Bjorkbom, Asesora Política de Política Alimentaria de Eurogroup for Animals, comenta: “Las empresas con intereses comerciales tienen mucho dinero para gastar, pueden influir en los políticos… esto no está regulado, no siempre hay igualdad de condiciones”.

Se necesita más transparencia

Los grupos de presión también pueden poner en peligro los intereses públicos cuando actúan a puerta cerrada. Por ejemplo, la abogada estadounidense Miriam Guggenheim es descrita en la revista estadounidense National Law Review como una representante que “ayuda a una amplia gama de grandes empresas de alimentos y suplementos dietéticos… a lograr sus objetivos de marketing al tiempo que minimiza los riesgos regulatorios y de litigio” (10). A pesar de trabajar con empresas como “Mars” en actividades de lobby en 2011, Guggenheim no está registrada como lobista desde 2010 (11). El caso de Guggenheim sirve como ejemplo de las formas en que el lobby ha ocurrido y probablemente sigue ocurriendo sin total transparencia pública fuera de los marcos regulatorios.

La mayoría de los países cuentan con sistemas obligatorios o voluntarios para regular las prácticas de los grupos de presión. De hecho, casi el 90% de las jurisdicciones exigen que los grupos de presión se inscriban en un registro público (13). En 2011, la UE creó el Registro de Transparencia, una base de datos pública que registra las actividades de los grupos de interés que intentan influir en la toma de decisiones de la UE (12). Países como EE.UU. y Canadá también cuentan con legislación obligatoria que exige a los grupos de presión informar anualmente sobre los gastos de sus clientes. Sin embargo, esta normativa ha sido criticada por insuficiente, y un informe estadounidense concluye que los grupos de presión registrados revelan una información mínima sobre sus actividades (11).

También hay muchas organizaciones independientes, como el Observatorio Europeo de las Empresas (Corporate Observatory Europe) y Open Secrets (Secretos Abiertos) de Estados Unidos, que trabajan para aumentar la transparencia de los grupos de presión facilitando datos sobre los grupos de presión y sus fuentes de financiación. Con el fin de proporcionar igualdad de acceso a los grupos de presión, iniciativas como “The Good Lobby”, con sede en Bruselas, ayuda a los ciudadanos y a las organizaciones sin ánimo de lucro con habilidades y actividades de lobby. El objetivo de The Good Lobby es aumentar el cabildeo ciudadano asesorando a las organizaciones sin ánimo de lucro sobre cómo defender sus intereses en la UE.

¿Puede democratizarse la actividad de los grupos de presión?


Dado que las empresas con intereses creados suelen disponer de más recursos financieros para ejercer presión, ¿pueden los ciudadanos hacer oír su voz?

Laurence Modrego, de The Good Lobby, afirma: “La UE es en realidad una institución muy abierta, anima activamente a los ciudadanos y a las organizaciones de la sociedad civil a formar parte del proceso legislativo, sobre todo porque antes se les criticaba por ser demasiado opacos”. A la pregunta de cómo presionar eficazmente a los políticos, Bjorkbom comenta: “En última instancia, las organizaciones de la sociedad civil y sin ánimo de lucro representan el interés público; las empresas, no. Como los políticos necesitan ser elegidos, están muy abiertos a adoptar recomendaciones de grupos de defensa pública”.

No cabe duda de que la política alimentaria y agrícola se ha visto condicionada por la actividad de los grupos de presión. Aunque no todos los grupos de presión del sector alimentario y agrícola tienen como objetivo el interés público, la democratización de los grupos de presión refleja el potencial de influir positivamente en la salud pública a través de los grupos de presión.

Artículo original redactado por Claudia Lee, para FoodUnfolded, el 23 de Febrero del 2023.


Referencias bibliográficas:

  1. Cambridge University Press, “Food industry sponsorship of academic research: investigating commercial bias in the research agenda”, 30 August 2018
  2. Domonoske Camila, “50 Years Ago, Sugar Industry Quietly Paid Scientists To Point Blame At Fat”, NPR, 13 September 2016
  1. “Sugar Industry and Coronary Heart Disease Research, A Historical Analysis of Internal Industry Documents”, JAMA Intern Med. 2016;176(11), November 2016
  2. OECDiLibrary, “Lobbying in the 21st Century: Transparency, Integrity and Access”, Accessed 9 April 2022
  3. “How food companies use social media to influence policy debates: a framework of Australian ultra-processed food industry Twitter data”, Cambridge Online University Press, 23 November 2020
  4. Doering Christophger, “Where the dollars go: Lobbying a big business for large food and beverage CPGs”, Food Dive, 6 Dec 2021
  5. “Council Configurations”, European Council, Council of the European Union, Accessed 9 April 2022
  6. “European Citizens’ Initiative – How it Works”, European Union, Accessed 9 April 2022
  7. Rowlatt J. and Gerken T., “COP26: Document leak reveals nations lobbying to change key climate report”, BBC News, 21 October 2021
  8. National Law Review, Miriam Guggenheim, Accessed 10 April 2022
  9. Simon Michele, “Behind closed doors: Who’s taking meetings with the FDA on Food Safety?”, Food Safety News, 4 December 2013
  10. “Transparency of lobbying in member states: Comparative Analysis”, European Parliament, November 2019
  11. “Comparative study of lobbying regulation mechanisms”, High Authority for Transparency in Public Life, (HATVP), Accessed October 10 2022
  12. “The Farm to Fork strategy is in the future of the EU Food System”, Slow Food, Accessed 10 October 2022
  13. Eurogroup for Animals Press Release,“European Commission announces historic commitment to ban cages for farmed animals”, 30 June 2021

Compartir:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar: